侏儒妖


El Enano Saltarín (Rumpelstiltskin)


从前,有个磨坊主,他的女儿长得美丽无比,而且聪明伶俐,为人精明,因而她父亲总是不厌其烦地吹嘘她,把她吹得天花乱坠。
有一天,磨坊主应召进宫,他对国王吹牛说,他女儿能把稻草纺成金子。
谁知国王是个见钱眼开的人,一听磨坊主的话,马上就吩咐召见姑娘。 姑娘进宫之后,国王把她领到一间装满了稻草的屋子,然后给她一架纺车,吩咐她道:"明天天亮之前,你必须把稻草全给我纺成金子,不然的话,就处死你。"
尽管姑娘一再说明她根本没有这种本领,可是国王听也不听,把门一锁,扬长而去,屋子里就剩下了她一个人。
姑娘坐在屋角里,面对自己的厄运,愁肠百结,于是就放声大哭起来。 正在这时,屋门突然打开了,一瘸一拐地走进来一个小矮子,样子滑稽可笑,他对姑娘说:"晚上好,姑娘。干嘛哭得这样伤心呢?"
"唉,"姑娘回答说,"我必须把这么多的稻草全都纺成金子,可我哪儿会这个呀!"
"要是我替你纺,"小矬子说,"你拿什么酬谢我呢?"
"把我漂亮的项链送给你。"姑娘回答道。
小矮矮相信姑娘说的话,于是就坐到了纺车前。 纺车不停地转啊转,发出欢快的声音。 不大一会儿,活儿就干完了,满屋稻草全都纺成了金子。
国王进屋一看,真是又惊又喜,可他的心却变得更加贪婪。 他把磨坊主的女儿关进另一间有更多稻草的屋子,吩咐她再把这间屋子里的稻草纺成金子。 可怜的姑娘不知如何是好,坐在那里又哭了起来。 谁知正在这时,小矮子打开屋门问道:"要是我帮你纺,你拿什么酬谢我呢?"
"把这枚钻石戒指送给你。"姑娘回答说。
于是,她的这个矮小的朋友接过了戒指,然后走到纺车前,纺了起来。 他不停地纺啊纺,天亮之前,终于把屋里的稻草全都纺成了金子。
国王一见这么多闪闪发光的金子,满心欢喜,可他仍然不满足,就把磨坊主的女儿带到了另一间更大的屋子,并且对她说:"要是你今晚把这里的稻草全都纺成金子,我就娶你做王后。"
国王走了,剩下姑娘一个人的时候,小矮子又来了,问姑娘说:"要是我第三次还替你纺金子,你拿什么酬谢我呢?"
"我再也没什么可送给你啦。"她回答说。
"那么,你得答应我,"小矮子接着说道,"等你做了王后,把你生的第一个孩子送给我。"
"那可万万不行。"姑娘心里想,可是她现在已走投无路,就答应了他的要求。 小矮子又一次把稻草全都纺成了金子。
次日清晨,国王又来了,发现一切如愿以偿,就娶了磨坊主的女儿做王后。
王后的第一个孩子出生了,她欢天喜地,却把小矮子和她自己的诺言给忘了。 谁知有一天,小矮子突然来到她的房间,提醒她不要忘记了自己许下的诺言。 对这突如其来的不幸,她悲痛欲绝,只得提出将王国所有的金银财宝都给他,作为交换的条件,可是小矮子说什么也不答应。 王后失声痛哭,哭得像个泪人似的,小矮子见了心也就软了下来,对她说道:"我宽限你三天时间,要是你在这三天之内能说出我的名字,你就把孩子留下。"
于是,王后派遣很多信使去全国各地,打听没有听说过的名字。
次日,小矮子又来了,她就开始把所有记得起来的名字都说了出来,什么迪姆斯啦,本杰明啦,简罗米啦,等等。 可是小矮子每听一个都说:"我不叫这个。"
第二天,她把听到过的滑稽名字都说了出来,什么罗圈腿啦,小罗锅啦,八字脚啦,诸如此类。 可是小矮子每听一个还是说:"我不叫这个。"
第三天,有个信使回来说:"我正在上山的时候,发现森林中有一个小棚子,棚子前燃着一堆篝火,一个滑稽可笑的小矮子用一只脚围着火堆蹦过来,跳过去,一边蹦跳一边唱着:
'今天我酿酒,
明天露一手;
又唱又跳多快活,
明天小孩就归我;
王后绞尽脑汁儿却说不准,
本人名叫龙佩尔斯迪尔钦! '"
王后听了高兴得跳了起来。 过了一会儿,小矮子又来了,进门便问:"王后,我叫什么名字啊?"王后回答说:"你是不是叫约翰哪?""不对!""那你是不是叫汤姆呢?""也不对!"
"也许你叫龙佩尔斯迪尔钦吧?"
"肯定是巫婆告诉你的!肯定是巫婆告诉你的!"小矮子喊叫着,气得直跺脚,结果右脚深深地陷进了地里。 他不得不弯下腰去,用双手紧紧抱住小腿,用尽全身力气才拔了出来。 随后,他便急急忙忙溜走了,这场虚惊也就结束了,大伙于是开怀大笑。 王后后来再也没有见到过他。
Cuentan que en un tiempo muy lejano el rey decidió pasear por sus dominios, que incluían una pequeña aldea en la que vivía un molinero junto con su bella hija. Al interesarse el rey por ella, el molinero mintió para darse importancia: "Además de bonita, es capaz de convertir la paja en oro hilándola con una rueca." El rey, francamente contento con dicha cualidad de la muchacha, no lo dudó un instante y la llevó con él a palacio.
Una vez en el castillo, el rey ordenó que condujesen a la hija del molinero a una habitación repleta de paja, donde había también una rueca: "Tienes hasta el alba para demostrarme que tu padre decía la verdad y convertir esta paja en oro. De lo contrario, serás desterrada."
La pobre niña lloró desconsolada, pero he aquí que apareció un estrafalario enano que le ofreció hilar la paja en oro a cambio de su collar. La hija del molinero le entregó la joya y... zis-zas, zis-zas, el enano hilaba la paja que se iba convirtiendo en oro en las canillas, hasta que no quedó ni una brizna de paja y la habitación refulgía por el oro.
Cuando el rey vio la proeza, guiado por la avaricia, espetó: "Veremos si puedes hacer lo mismo en esta habitación." Y le señaló una estancia más grande y más repleta de paja que la del día anterior.
La muchacha estaba desesperada, pues creía imposible cumplir la tarea pero, como el día anterior, apareció el enano saltarín: "¿Qué me das si hilo la paja para convertirla en oro?" preguntó al hacerse visible. "Sólo tengo esta sortija." Dijo la doncella tendiéndole el anillo. "Empecemos pues," respondió el enano. Y zis-zas, zis-zas, toda la paja se convirtió en oro hilado. Pero la codicia del rey no tenía fin, y cuando comprobó que se habían cumplido sus órdenes, anunció: "Repetirás la hazaña una vez más, si lo consigues, te haré mi esposa." Pues pensaba que, a pesar de ser hija de un molinero, nunca encontraría mujer con dote mejor. Una noche más lloró la muchacha, y de nuevo apareció el grotesco enano: "¿Qué me darás a cambio de solucionar tu problema?" Preguntó, saltando, a la chica. "No tengo más joyas que ofrecerte," y pensando que esta vez estaba perdida, gimió desconsolada. "Bien, en ese caso, me darás tu primer hijo," demandó el enanillo. Aceptó la muchacha: "Quién sabe cómo irán las cosas en el futuro." - "Dijo para sus adentros." Y como ya había ocurrido antes, la paja se iba convirtiendo en oro a medida que el extraño ser la hilaba. Cuando el rey entró en la habitación, sus ojos brillaron más aún que el oro que estaba contemplando, y convocó a sus súbditos para la celebración de los esponsales.
Vivieron ambos felices y al cabo de una año, tuvieron un precioso retoño. La ahora reina había olvidado el incidente con la rueca, la paja, el oro y el enano, y por eso se asustó enormemente cuando una noche apareció el duende saltarín reclamando su recompensa.
"Por favor, enano, por favor, ahora poseo riqueza, te daré todo lo que quieras." ¿Cómo puedes comparar el valor de una vida con algo material? Quiero a tu hijo," exigió el desaliñado enano. Pero tanto rogó y suplicó la mujer, que conmovió al enano: "Tienes tres días para averiguar cuál es mi nombre, si lo aciertas, dejaré que te quedes con el niño. Por más que pensó y se devanó los sesos la molinerita para buscar el nombre del enano, nunca acertaba la respuesta correcta.
Al tercer día, envió a sus exploradores a buscar nombres diferentes por todos los confines del mundo. De vuelta, uno de ellos contó la anécdota de un duende al que había visto saltar a la puerta de una pequeña cabaña cantando:
"Hoy tomo vino,
y mañana cerveza,
después al niño sin falta traerán.
Nunca, se rompan o no la cabeza,
el nombre Rumpelstiltskin adivinarán!"
Cuando volvió el enano la tercera noche, y preguntó su propio nombre a la reina, ésta le contestó: "¡Te llamas Rumpelstiltskin!"
"¡No puede ser!" gritó él, "¡no lo puedes saber! ¡Te lo ha dicho el diablo!" Y tanto y tan grande fue su enfado, que dio una patada en el suelo que le dejó la pierna enterrada hasta la mitad, y cuando intentó sacarla, el enano se partió por la mitad.