Knoist y sus tres hijos


Nicolau e seus três filhos


Entre Werrel y Soest vivía un hombre que se llamaba Knoist. Tenía tres hijos, de los cuales uno era ciego; el segundo, manco, y el tercero andaba en cueros vivos. Salieron una vez al campo y vieron una liebre. El ciego la mató de un tiro; el manco la recogió, y el desnudo se la metió en el bolsillo. Llegaron luego a un río gigantesco en el que había tres barcos: uno corría; otro se hundía, y el tercero no tenía fondo; ellos subieron al que no tenía fondo y navegaron hasta un gigantesco bosque, en el que se levantaba un enorme árbol. En el árbol había una inmensa capilla, y en la capilla, un sacristán de ojaranzo y un cura de boj, los cuales distribuían el agua bendita a estacazos.
Dichoso el que medita
el modo de huir de tal agua bendita.
Entre a aldeia de Werrel e a aldeia de Soist havia um homem chamado Nicolau, o qual tinha três filhos: um era cego, o outro era coxo e o terceiro apresentava-se completamente nu.
Um dia, saíram os três para o campo e avistaram uma lebre. O coxo perseguiu-a, o cego alvejou-a e o nu guardou-a no bolso. Depois, chegaram à margem de um grande lago e viram três botes: um vogava, o outro afundava-se e o terceiro não tinha fundo. E, neste sem fundo, embarcaram os três.
Depois chegaram a uma grande floresta, onde viram uma enorme árvore, dentro de cujo tronco havia uma grande capela; na capela encontravam-se um bode selvagem que servia de sacristão e um penitente feito pastor, os quais esparramavam a água benta; vendo os três compadres, espancaram-nos tanto, que os deixaram moídos.
Feliz o que consegue
ver-se livre de compadres!