As migalhas sobre a mesa


Las migajas en la mesa


Certa vez, disse o galo às galinhas:
- Vamos lá em cima, na sala, comer as migalhas de pão que estão sobre a mesa; a patroa saiu para fazer uma visita!
As galinhas responderam:
- Não, não, nós não iremos; a patroa vai ficar zangada conosco.
O galo retrucou:
- Ela não saberá coisa alguma, vamos sem susto. Afinal de contas, ela nunca nos dá alimento melhor!
As galinhas replicaram:
- Não, não, ela anda aí por fora, é melhor não irmos.
Mas o galo não as deixou em paz; tanto disse e tanto fez, que as galinhas foram bicar as migalhas sobre a mesa.
Eis que, no melhor da festa, chegou a patroa. Vendo aquilo, pegou num pau e enxotou o bando a pauladas, castigando todas sem piedade.
Quando voltaram para o terreiro, as pobres galinhas disseram ao galo:
- Viste, viste, viste, viste o que aconteceu?
O galo caiu na gargalhada e respondeu:
- Ah, ah, ah, então eu não o sabia!
Com isso, foram-se todos ciscar mais para longe.
Un campesino dijo un día a sus mascotas: "Vengan al comedor y disfruten, coman de todas las migajas de pan que hay en la mesa. La señora ha salido a cumplir con algunas visitas. " Entonces las pequeñas mascotas dijeron: "No, no. No iremos. Si la señora lo llega a saber, nos castigará." - "Ella no sabrá nada de esto," dijo el campesino. "Vengan, después de todo ella nunca les da nada bueno." Y los perritos, meneando sus cabecitas, dijeron de nuevo: "Nopi, nopi, no iremos. Dejaremos eso donde está." Pero el campesino no los dejaba en paz, hasta que al fin fueron, subieron a la mesa y comieron todas las migajas que pudieron. Pero en ese momento llegó la señora, y revoloteó un pequeño látigo con gran destreza y los castigó severamente. Cuando salieron sollozando de la casa, los perritos dijeron al campesino: "¡Uh, uh, uh! ¿Viste...?" El campesino se rió y dijo: "Ji, ji, ji. ¿Y no era eso lo que esperaban...?" Y a ellos no les quedó más que salir corriendo.