La platija

La platija - Hermanos Grimm


La platija

Un cuento de los hermanos Grimm
Hacía ya mucho tiempo que los peces andaban descontentos, a causa del desorden que entre ellos reinaba. Ninguno respetaba los derechos de los demás; cada cual nadaba a derecha o izquierda, a su capricho; pasaba entre los que iban juntos, o les obstruía el paso, y el más fuerte pegaba un coletazo al más débil, mandándolo a gran distancia; y esto cuando no se lo zampaba, sin más.
- ¡Qué maravilloso sería tener un rey que impusiera el derecho y la justicia! - decíanse. Y convinieron en elegir por rey al que surcase las aguas con más rapidez y supiese prestar auxilio al débil.
En consecuencia, colocáronse en fila en la orilla y, a una señal que hizo el lucio con la cola, todos emprendieron la carrera. El lucio salió disparado como una flecha, y, con él el arenque, el gobio, la perla, la carpa y tantísimos otros. Hasta la platija se lanzó con los demás, con la esperanza de alcanzar la meta.
De pronto resonó la voz:
- ¡El arenque es el primero! ¡El arenque es el primero!
- ¿Quién es el primero? - preguntó, mohína, la achatada y envidiosa platija.
- El arenque, el arenque - respondiéronle.
- ¿Ese pelado de arenque? - protestó la envidiosa. Y desde aquel momento, en castigo, la platija tiene la boca torcida.

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Cuento de hadas
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