Los cuentos más famosos de los hermanos Grimm
Hermanos Grimm (Página 2)
27Historia de uno que hizo un viaje para saber lo que era miedo
Un labrador tenía dos hijos, el mayor de los cuales era muy listo y entendido, y sabía muy bien a qué atenerse en todo, pero el menor era tonto y no entendía ni aprendía nada, y cuando le veían las gentes decían: Trabajo tiene su padre con él. Cuando había algo que hacer, tenía siempre que mandárselo al mayor, pero si su padre le mandaba algo siendo de noche, o le enviaba al oscurecer cerca del cementerio, o siendo ya oscuro al camino o cualquier otro lugar sombrío, le contestaba siempre: ¡Oh!, no, padre, yo no voy allí: ¡tengo miedo! Pues era muy miedoso. Si por la noche referían algún cuentoLea la historia → 28Los cuatro hermanos ingeniosos
Érase un pobre hombre que tenía cuatro hijos. Cuando fueron mayores, los llamó y les dijo: - Hijos míos, es cuestión de que os marchéis por esos mundos, pues yo no tengo nada para daros. Id a otros países, aprended un oficio y procurad abriros camino. Dispusiéronse los cuatro a marcharse y, tras despedirse de su padre, partieron juntos. Al cabo de algún tiempo de caminar a la ventura llegaron a una encrucijada, de la que partían caminos en cuatro direcciones. Y dijo el mayor: - Aquí hemos de separarnos. Dentro de cuatro años, en este mismo día y lugar, volveremos a reunirnos. Entretanto, que cLea la historia → 30El acertijo
Érase una vez el hijo de un rey, a quien entraron deseos de correr mundo, y se partió sin más compañía que la de un fiel criado. Llegó un día a un extenso bosque, y al anochecer, no encontrando ningún albergue, no sabía dónde pasar la noche. Vio entonces a una muchacha que se dirigía a una casita, y, al acercarse, se dio cuenta de que era joven y hermosa. Dirigióse a ella y le dijo: - Mi buena niña, ¿no nos acogerías por una noche en la casita, a mí y al criado? - De buen grado lo haría -respondió la muchacha con voz triste-; pero no os lo aconsejo. Mejor es que os busquéis otro alojamiento. -Lea la historia →
33Los músicos de Brema
Tenía un hombre un asno que durante largos años había transportado incansablemente los sacos al molino; pero al cabo vinieron a faltarle las fuerzas, y cada día se iba haciendo más inútil para el trabajo. El amo pensó en deshacerse de él; pero el burro, dándose cuenta de que soplaban malos vientos, escapó y tomó el camino de la ciudad de Brema, pensando que tal vez podría encontrar trabajo como músico municipal. Después de andar un buen trecho, se encontró con un perro cazador que, echado en el camino, jadeaba, al parecer, cansado de una larga carrera. Pareces muy fatigado, amigo, le dijo el aLea la historia → 36Bestia peluda
Había una vez un rey que tenía una esposa cuyos cabellos parecían de oro, y tan hermosa que en toda la tierra no se habría encontrado otra igual. Cayó enferma y, presintiendo su fin, llamó a su marido y le dijo: - Si cuando yo muera quieres casarte de nuevo, no escojas a ninguna mujer que sea menos hermosa que yo y que no tenga el cabello de oro. ¡Prométemelo! El Rey se lo prometió, y ella, cerrando los ojos, murió. Por largo tiempo al Rey estuvo inconsolable, sin pensar ni por un momento en volverse a casar, hasta que, al fin, dijeron sus consejeros: - No hay más remedio sino que vuelva a casLea la historia → 37Blancanieve y Rojaflor
Una pobre viuda vivía en una pequeña choza solitaria, ante la cual había un jardín con dos rosales: uno, de rosas blancas, y el otro, de rosas encarnadas. La mujer tenía dos hijitas que se parecían a los dos rosales, y se llamaban Blancanieve y Rojaflor. Eran tan buenas y piadosas, tan hacendosas y diligentes, que no se hallarían otras iguales en todo el mundo; sólo que Blancanieve era más apacible y dulce que su hermana. A Rojaflor le gustaba correr y saltar por campos y prados, buscar flores y cazar pajarillos, mientras Blancanieve prefería estar en casa, al lado de su madre, ayudándola en sLea la historia → 38El gato y el ratón hacen vida en común
Un gato había trabado conocimiento con un ratón, y tales protestas le hizo de cariño y amistad que, al fin, el ratoncito se avino a poner casa con él y hacer vida en común. Pero tenemos que pensar en el invierno, pues de otro modo pasaremos hambre, dijo el gato. Tú, ratoncillo, no puedes aventurarte por todas partes, al fin caerías en alguna ratonera. Siguiendo, pues, aquel previsor consejo, compraron un pucherito lleno de manteca. Pero luego se presentó el problema de dónde lo guardarían, hasta que, tras larga reflexión, propuso el gato: Mira, el mejor lugar es la iglesia. Allí nadie se atrevLea la historia → 39La serpiente blanca
Hace ya de esto mucho tiempo, he aquí que vivía un rey, famoso en todo el país por su sabiduría. Nada le era oculto; habríase dicho que por el aire le llegaban noticias de las cosas más recónditas y secretas. Tenía, empero, una singular costumbre. Cada mediodía, una vez retirada la mesa y cuando nadie hallaba presente, un criado de confianza le servía un plato más. Estaba tapado, y nadie sabía lo que contenía, ni el mismo servidor, pues el Rey no lo descubría ni comía de él hasta encontrarse completamente solo. Las cosas siguieron así durante mucho tiempo, cuando un día picóle al criado una cuLea la historia → 44Los doce hermanos
Éranse una vez un rey y una reina que vivían en buena paz y contentamiento con sus doce hijos, todos varones. Un día, el Rey dijo a su esposa: - Si el hijo que has de tener ahora es una niña, deberán morir los doce mayores, para que la herencia sea mayor y quede el reino entero para ella. Y, así, hizo construir doce ataúdes y llenarlos de virutas de madera, colocando además, en cada uno, una almohadilla. Luego dispuso que se guardasen en una habitación cerrada, y dio la llave a la Reina, con orden de no decir a nadie una palabra de todo ello. Pero la madre se pasaba los días triste y llorosa,Lea la historia → 45Las tres plumas
Érase una vez un rey que tenía tres hijos, de los cuales dos eran listos y bien dispuestos, mientras el tercero hablaba poco y era algo simple, por lo que lo llamaban «El lelo». Sintiéndose el Rey viejo y débil, pensó que debía arreglar las cosas para después de su muerte, pero no sabía a cuál de sus hijos legar la corona. Díjoles entonces: Marchaos, y aquel de vosotros que me traiga el tapiz más hermoso, será rey a mi muerte. Y para que no hubiera disputas, llevólos delante del palacio, echó tres plumas al aire, sopló sobre ellas y dijo: Iréis adonde vayan las plumas. Voló una hacia Levante;Lea la historia → 46Juan con suerte
Juan había servido siete años a su amo, y le dijo: - Mi amo, he terminado mi tiempo, y quisiera volverme a casa, con mi madre. Pagadme mi soldada. Respondióle el amo: - Me has servido fiel y honradamente; el premio estará a la altura del servicio - y le dio un pedazo de oro tan grande como la cabeza de Juan. Sacó éste su pañuelo del bolsillo, envolvió en él el oro y, cargándoselo al hombro, emprendió el camino de su casa. Mientras andaba, vio a un hombre montado a caballo, que avanzaba alegremente a un trote ligero. - ¡Ay! - exclamó Juan en alta voz -, ¡qué cosa más hermosa es ir a caballo! VaLea la historia → 47El pobre y el rico
Hace ya muchísimo tiempo, cuando Dios Nuestro Señor andaba aún por la Tierra entre los mortales, un atardecer se sintió cansado y le sorprendió la oscuridad antes de encontrar albergue. He aquí que encontró en su camino dos casas, una frente a la otra, grande y hermosa la primera, pequeña y de pobre aspecto la segunda. Pertenecía la primera a un rico, y la segunda, a un pobre. Pensó Nuestro Señor: «Para el rico no resultaré gravoso; pasaré, pues, la noche en su casa». Cuando el hombre oyó que llamaban a su puerta, abrió la ventana y preguntó al forastero qué deseaba. Respondióle Nuestro Señor:Lea la historia → 48El gigante y el sastre
A un sastre que era tan fanfarrón como mal pagador, metiósele en la mollera el ir a dar una vuelta por el bosque. En cuanto le fue posible, abandonó su taller y se marchó. por pueblo y aldehuela, por puente y pasarela, sin rumbo constante y siempre adelante. Desde lejos descubrió en la azul lejanía una escarpada montaña y, detrás, una torre altísima, que sobresalía de una espesa y tenebrosa selva. - ¡Diablos! - exclamó el sastre -. ¿Qué será aquello? - e, impelido por una irrefrenable curiosidad, se dirigió al lugar con renovados bríos. Pero, ¡qué boca y qué ojos abrió cuando, al acercarse, viLea la historia → 50Un Ojito, Dos Ojitos y Tres Ojitos
Érase una mujer que tenía tres hijas. La mayor se llamaba Un Ojito, porque tenía un solo ojo en medio de la frente; la segunda, Dos Ojitos, porque tenía dos, como todo el mundo; y la tercera, Tres Ojitos, pues tenía tres, uno de ellos en medio de la frente. Y como la segunda no se diferenciaba en nada de las demás personas, sus dos hermanas y su madre no podían sufrirla. Decíanle: - Con tus dos ojos no sobresales en nada de la gente ordinaria; no perteneces a nuestra clase. Y, así, la rechazaban, obligándola a usar vestidos harapientos, y para comer no le daban más que las sobras; y, encima, lLea la historia →